¿Se puede ir de blanco y negro a una boda de día?

La invitación ha llegado, la boda es de mañana o mediodía y en tu armario destaca ese conjunto en blanco y negro que te encanta. Y entonces aparece la duda: ¿se puede ir de blanco y negro a una boda de día sin saltarse el protocolo ni molestar a la novia?
La respuesta corta es: sí, pero con matices. En este artículo repasamos el protocolo, qué se considera correcto hoy, cómo adaptar el blanco y el negro a una boda de día, y te damos ideas de looks para acertar sin miedo.

Tradicionalmente, el blanco en bodas estaba “reservado” a la novia. La idea sigue vigente: lo que queremos evitar es que, en las fotos o a primera vista, parezca que hay más de una novia.

Eso no significa que no puedas llevar blanco a una boda de día, pero sí es recomendable seguir estas pautas:
Evita el total look blanco (vestido, zapatos y bolso del mismo tono que el de novia).

Elige blancos rotos, crema, marfil o tonos empolvados que suavicen el efecto.

Introduce otros colores en complementos, estampados o bloques de color para que no dé la sensación de “vestido nupcial”.

Si tienes dudas, pregunta a la novia: muchas están encantadas con tonos claros en invitadas siempre que no parezca un vestido de novia.

Durante años se consideró que ir de negro a una boda de día era demasiado serio o incluso asociado al luto. Sin embargo, la moda ha evolucionado y hoy el negro puede ser una opción muy elegante también por la mañana, siempre que:

• El tejido sea ligero (gasa, crepé, satén suave…).

• El corte del vestido o mono sea fresco y fluido.

• Lo combines con accesorios luminosos: dorado, nude, metalizados suaves, blanco roto, etc.

Es mejor evitar un negro muy rígido (tipo cóctel de noche o traje demasiado sobrio) y buscar una versión más alegre, con movimiento.

La combinación blanco y negro en boda de día es de las más elegantes y atemporales. El truco está en el equilibrio:

• Que el negro domine y el blanco aparezca en pequeños toques (cuello, cinturón, estampado, accesorios…).

• O que el blanco sea roto o estampado, y el negro delimite la silueta en forma de blazer, zapatos o clutch.

Evita los vestidos largos totalmente blancos con un simple detalle negro, porque pueden seguir recordando demasiado a un vestido de novia. Mejor el camino contrario: base oscura con detalles claros.

Si quieres ir de blanco a una boda de día pero sin robar protagonismo, puedes apostar por:

• Vestido blanco roto midi con estampado de flores en tonos pastel y sandalias nude.

• Traje de chaqueta en crudo con top de color suave (lila, verde, rosa empolvado).

• Mono blanco roto con cinturón joya y complementos metalizados.

En todos estos casos, el corte y los complementos marcan la diferencia entre un look de novia y un look de invitada.

Para ir de negro a una boda de día sin que parezca un estilismo de noche, funcionan muy bien:

• Vestido negro corto o midi con mangas fluidas y estampado de topos blancos.

• Mono negro fluido con espalda especial y complementos en dorado y blanco roto.

• Falda negra midi plisada con blusa clara y sandalias de color.

Añade siempre un punto de luz: pendientes llamativos, tocado, bolso o cinturón que aporten frescura.

Si no quieres arriesgar con un total look, puedes apostar por los accesorios blanco y negro en boda de día:

• Sandalias negras con bolso blanco roto.

• Diadema o tocado blanco y negro que armonice un vestido liso.

• Cinturón bicolor marcando la cintura sobre un diseño neutro.

Es la forma más fácil de sumarte a esta combinación clásica sin complicaciones.

También es importante adaptarse al estilo de la pareja y del lugar. No es lo mismo una boda urbana muy formal que una celebración en fincas para bodas en Madrid como las que trabajamos desde Laurel Catering:

• En fincas rodeadas de naturaleza, el blanco y negro en boda de día queda ideal si introduces tejidos ligeros y accesorios en tono tierra o verde.

• En espacios más clásicos o palaciegos, puedes potenciar los contrastes y los toques Art Déco.

• Si el dress code lo marca la invitación, respétalo siempre por encima de cualquier tendencia.

Cuando la decoración, el catering y el entorno cuidan tanto el detalle como en nuestras fincas colaboradoras, un look coherente con el ambiente hace que la experiencia sea aún más especial.