Las últimas semanas antes del inicio de la primavera todavía albergarán fecha para más de un sí quiero. Una boda de invierno es sinónimo de elegancia, intimidad y calor. La cercanía de los invitados se nota más en estos meses de bajas temperaturas, la personalidad de la novia se refleja en toques de clase que elevan el nivel de la celebración y, hasta en las bodas más multitudinarias, se vive esa sensación especial de ser parte de algo con trascendencia.

En el plano práctico, dar el sí quiero en estas fechas invernales requiere de un extra de planificación. Existen retos, sí, pero no hay novia que no sea capaz de superarlos con éxito.

Vamos a hablar de lo que debes tener previsto si te casarás en las próximas semanas y de cómo darle la vuelta a cualquier situación para transformar desafío en oportunidad. ¿Te sientes identificada con esta forma de ver la vida? ¿Quieres ganar en tranquilidad e la cuenta atrás para el gran día?

Lo mejor de una boda de invierno

Seguramente ya te habrás aliado con los responsables de la finca, tu wedding planner y el equipo de catering para llevar tu celebración a otro nivel. Te quieres diferenciar y el no poder explotar el potencial de los espacios exteriores no es un problema para ti. Música, iluminación y decoración te ayudarán a crear ambientes.

La nota final en la construcción de la atmósfera que identificara a tu gran día la pondrás a través del sabor. El menú será el vehículo que introduzca de lleno a tus amigos y familiares en la temática escogida por ti y teniendo previstos esos grados por debajo de lo que sería deseable, has introducido algunos cambios en el menú de catering:

Recepción de una boda de invierno

En la recepción servirás caldos caseros calentitos, humeantes y sabrosos. Tu objetivo es reconfortar a quienes vienen a acompañarte en un momento tan especial.

Aperitivos de una boda de invierno

El momento de los aperitivos no se desarrollará en el exterior, has preferido escoger una estancia interior de la fica para bodas donde celebrarás tu día.

Degustación del menú en una boda de invierno

En la comida o cena, los platos serán más contundentes y la comida protagonista. Has elegido buenos vinos tintos, que priorizarás a los blancos y los cócteles en esta degustación.

El momento del baile en una boda de invierno

El baile y la barra libre se celebrarán bajo cubierto. Además, para no echar de menos la amplitud de los espacios al aire libre, te ha decidido a crear distintos ambientes, uno más loco y festivo y otro más chic y tranquilo, cada uno con sus particularidades. No te olvidas de los fumadores y, por eso, en el camino hacia el lugar habilitado para ellos, encontrarán un corner de cigarros puros.

Los cambios en el menú de boda, adecuándolo a la estación del año en que darás el sí quiero, te han servido de inspiración para planificar otros momentos de tu celebración, como:

  • El reportaje fotográfico. Has pedido que se trasladen a la finca algunas estufas de exterior. No solo servirán para templar el ambiente en el momento de la recepción, sino que serán de gran ayuda para evitar el frío mientras se toman algunas instantáneas del novio y tú o grupales. También has acordado con el responsable de fotografía un par de escenarios alternativos, caso de que las condiciones meteorológicas no hagan posible que la sesión se desarrolle en los lugares previstos originalmente.

  • Las actividades del día de tu boda. Por si acaso el tiempo no quiere dar tregua, parte de la diversión que habías planeado la trasladarás a las veinticuatro horas previas al sí quiero. En el marco de una fiesta preboda, multiplicas por dos tu oportunidad de encontrar el momento perfecto para la carrera de obstáculos, la búsqueda del tesoro o la competición de equipo de la novia contra equipo del novio.
  • Los detalles para invitados. Aunque, en principio, valorabas opciones clásicas de regalo, viendo que el mercurio no para de descender, has decidido entregar un kit de supervivencia para boda de invierno. Además de el antifaz, los chicles de menta, el sobre de café instantáneo y la botellita de agua; puedes ampliar el kit en previsión de fuertes nevadas. De esta forma, si se cortan las carreteras, cae la nevada del milenio y os tenéis que quedar a pernoctar en la finca, a nadie le faltará su par de calcetines de lana calentitos, su juego de sudoku o mandalas para colorear ni su almohada de viaje.

  • Los proveedores. Música, luces, cámaras y cocinas necesitan de un torrente de vatios pero ¿y si una tormenta provoca fallos en el suministro? Es impensable un sí quiero sin banda sonora, igual de preocupante que una celebración sin un buen bocado que nos haga disfrutar de las mejores recetas. Pero con un generador de emergencia consigues el soporte necesario para combatir cualquier circunstancia adversa en este sentido. Y, si se da el caso, recuerda establecer prioridades: una cena a la luz de las velas puede dar un resultado increíble, pero nadie opinaría lo mismo de saber que se cuenta con un servicio de catering top si tienen que sentarse a la mesa a contemplar platos vacíos o un menú frío.

Ideas que puedes poner en práctica en una boda de invierno

Estás decidida a poner al mal tiempo buena cara y esta energía te lleva a superar falsos mitos. Vas a celebrar una boda de invierno y eso no te impide disfrutar de esos pequeños momentos que tantas veces habías soñado, como:

  • Un sí quiero al aire libre. Aprovecha que tus invitados acaban de llegar y aún no se han quitado el abrigo para recorrer todos juntos los jardines de la finca hasta llegar al enclave en el que os convertiréis en marido y mujer. Una recepción itinerante, al ritmo de música en vivo les confirmará que tu celebración nada tiene que ver con otras en las que han participado. Apuesta por una ceremonia de corta duración, que incluya los elementos imprescindibles y deja los votos para un momento posterior. Les darás más relevancia y teatralidad si los grabáis con antelación, solo un primer plano tuyo, pronunciando esas palabras al novio y de él, dirigiéndose a ti; y los proyectáis en una pantalla gigante en un momento de la cena, por ejemplo, coincidiendo con los postres.

  • Experiencias muy originales. Aprovechar las bajas temperaturas es posible en este sentido. La originalidad es, a veces, cuestión de saber aprovechar el momento. No dejes escapar esos grados de menos y dispón alguno de los aperitivos o un cóctel más especial en el exterior. Habla con los responsables de catering para que la presentación se apoye en ese frío intenso incluyendo esculturas de hielo, maridajes bajo cero o bebidas de autor granizadas. Será una experiencia única.

Por último, no te olvides de la recena. ¿Qué te parecería ofrecer a tus invitados un chocolate y unos churritos para degustar en el exterior a la vez que les haces entrega de su kit de supervivencia? ¿Te imaginabas que tu boda de invierno podía ser así?