Eduardo Ladrón de Guevara no es el típico diseñador de vestidos de novia afín a los grandes desfiles.
Desde siempre, este diseñador mexicano ha rehuido de los estereotipos que rodean el mundo de la alta costura y se ha dedicado a trabajar duro, con la única ayuda de su talento, sus prodigiosas manos y el esperanzador impulso de su madre para que consiguiese transformar sus aptitudes artísticas en modo de vida feliz.
Por eso no es de extrañar que las grandes señoras de la alta sociedad española como Felicidad Salazar Simpson, Paloma Cuevas, Elena Cué, Patricia Rato, Ana Rodríguez, ex de José Bono, o Soledad Longo, madre de Alejandro Agag, o Estrella Morente confíen en su buen hacer, y el de los 26 empleados que trabajan en su atelier de la capital, para los grandes eventos a los que acuden, ya sea una boda, un bautizo o un cocktail, donde las invitadas compiten en estilo y glamour.
El estilo de Eduardo ladrón de Guevara
A Eduardo Ladrón de Guevara también se le conoce como el modisto de las madrinas, por ser un experto en el arte de vestir a las madres de la boda, con un gusto exquisito y sin duda alguna sabiendo elegir para cada ocasión la pieza más adecuada, logrando así que las madrinas destaquen de una manera elegante pero sin que en ningún caso quiten el protagonismo que la novia se merece en ese día tan especial para ella.
En los vestidos para novia suele utilizar telas llamativas, como mikados en seda natural con terciopelo si la boda es en invierno, bordados en plata vieja, en cuello, escote o bocamangas, inspirándose con frecuencia en motivos prerrománicos, como sucedió con el vestido que diseñó para Natalia Álvarez en su boda con Rafa Camino, en el que se inspiró en motivos prerrománicos de Asturias.