Una boda diferente es tu objetivo y nos vamos a asegurar de que lo consigas. Todas las metas que te has propuesto han sido alcanzadas, con mayor o menor esfuerzo, así que ya tienes experiencia en trabajar con un propósito firme. En este caso, para logarlo necesitas exprimir al máximo tu creatividad y adaptar algunas de tus locuras al escenario donde se realizarán: la finca donde darás el sí quiero. Aquí va nuestra aportación…

Propuestas que te ayudarán a lograr una boda diferente

Sorpresas para los invitados, para el novio, detalles que dejan sin palabras… una boda diferente se compone de mucha inspiración, como la que encontrarás e las siguientes 5 ideas:

  • Tarta para llevar: una de las cosas que más se recuerda del menú de catering para una boda es el postre. No prives a tus invitados de repetir y encarga que se elabore el doble de cantidad de tarta, para que, antes de marcharse, cada invitado pueda coger una cajita con una porción extra para degustar tranquilamente… y sin zapatos.
  • Meseros indiscretos: si quieres una boda diferente… y de paso, dar pie para abrir las conversaciones en cada mesa, revela pequeñas dosis de tu pasado y el de tu novio. Junto con el número de mesa, colocad una fotografía de cada uno de vosotros a esa edad y, por detrás, compartid un momento gracioso o importante vivido cuando teníais esos años.
  • Confesiones: prepara un par de carteles donde el novio y tú descubráis, uno del otro, cinco cosas que todos los invitados deban saber de vosotros. Para que tu boda diferente también tenga un factor sorpresa propio, pide a algún amigo que se encargue de la maquetación y así, hasta el día del sí quiero, ni el novio ni tú sabréis lo que el otro ha escrito.
  • Mensaje muy personal: una boda diferente también tiene que tener un lado íntimo. Escribe un mensaje en la suela de uno de los zapatos del novio la noche de antes, para que, cuando se vista minutos antes del sí quiero, descubra tu mensaje sorpresa.
  • Deja vu: introduce alguno de los detalles que decoraban la invitación de boda como decoración coronando alguna de las tapas que se sirvan en los aperitivos o en la misma tarta de boda. A ver cuántos de los invitados los reconocen a la primera.