Alba y Sergio se casaron el verano pasado consiguiendo celebrar una boda sencilla, aunque cargada de detalles, con una atmósfera elegante y evocadora, pero donde no faltaron las buenas vibraciones. ¿Cuál fue su secreto? Dos personalidades arrolladoras, las cosas muy claras y acierto tras acierto en las elecciones de decoración. ¿Te apetece descubrir algunas de sus ideas?

 

Una boda sencilla y muy personal

La elección de la finca para bodas fue una decisión fácil. Tenían claro que querían que su gran día tuviese como marco el incomparable Monasterio de Lupiana.

La finca les permitió llevar a cabo una original puesta en escena para el momento de la ceremonia, que tuvo lugar en el exterior, en un rincón mágico.

Allí, la novia se encontró con su futuro marido, que la esperaba vestido de gala por Juan Moreno. Estaba impecable.

Además de la elección del traje, Sergio cuidó mucho los detalles…

Incluso los gemelos que escogió para esta ocasión única eran del todo originales.

Y, sin hacerse esperar, llegó Alba. Estaba radiante y feliz, eso se notaba en su sonrisa. Todos se giraron al escuchar los pasos relajados de la novia, sobre unos tacones de Unisa.

Alba escogió para su gran día un vestido de Pronovias.

Estaba espectacular, con su vestido y velo de novia, tocado de Teresa Tegar y pendientes de Swarozky.

Y llegó el sí quiero…

Y a continuación, el aire se tiñó de azul con una lluvia de lavanda. El aroma de la felicidad se entregó a cada invitado en pequeños tubos que imitaban probetas, encargados a HechoPorKit.

También de esta firma fueron los ramilletes de agradecimiento que decoraban los platos en la mesa donde se degustó el menú de boda.

La de Alba y Sergio fue una boda sencilla donde pensaron en todos y no faltó ni un detalle, como las flores de Bucaro o la barra de aguas que ofrecieron a sus amigos y familiares antes de la ceremonia:

Los pay pay que se elaboraron a juego con las invitaciones y las etiquetas de los regalitos para invitados, de Linker Estudio.

El tipi, de El Laurel, especialmente preparado para que los más pequeños disfrutasen a tope del día.

Y en el que no dejaron de jugar, dando muy buen uso a las sorpresas que la novia les había entregado en un paquetito personalizado a cada niño.

Y así, envueltos en una atmósfera casi mágica, Alba, Sergio y sus invitados disfrutaron de un día inolvidable.

Ha sido un placer trabajar con vosotros. ¡Os deseamos lo mejor!